Según consta en la grabación de la cámara de seguridad de la comuna de Villa Gesell, instalada frente al boliche Le Brique, la agresión contra el joven comenzó a las 4.44 y terminó a las 4.45, cuando la patota de atacantes se fue caminando.
Afuera del boliche eran diez agresores contra Fernando y un amigo, que salvó su vida de milagro.
Aunque la agresión que terminó con el homicidio de Fernando comenzó en ese momento, a partir de la reconstrucción realizada por los investigadores se determinó que la tragedia comenzó una hora y cuarto antes, dentro del boliche.
Hasta las 3.30, según los testigos, la víctima junto a un grupo de quince amigos y su novia estuvieron en el sector VIP del boliche. A esa hora, se presentó el músico de trap Neo Pistea. Entonces, un amigo de Fernando a quien se identificara como F.C, le sugirió al joven estudiante de Derecho que bajaran a la pista para hacer pogo.
A las 3.45, el músico impulsó que todos hicieran pogo y, en ese momento, Fernando y tres de sus amigos se cruzaron con los integrantes de la patota. Para los investigadores, no quedó claro si fue un pisotón, un empujón o la salpicadura de bebida en la ropa de uno de los agresores la razón por la que los integrantes del grupo de jóvenes de Zárate comenzó a pegarles a Fernando y a sus amigos.
Entonces Fernando se interpuso, levantó su pulgar hacia arriba y exclamó: «Si nos peleamos nos van a echar». En ese momento se separaron.
Fernando y tres de sus amigos salieron por un lado y el grupo de Zárate, que no se quedó conforme y preparó una venganza, siguió con sus agresiones a otros jóvenes dentro del boliche. A las 4.30, el personal de seguridad expulsó a los diez integrantes de la patota.
Según fuentes de la investigación, el domo de videovigilancia grabó la agresión contra Fernando y su amigo, quien pudo haber sido otra víctima mortal de la patota. Este joven, a quien se identificará cómo T.D, fue golpeado mientras estaba en el piso y salvó su vida de milagro. Vio cómo los agresores mataron a Fernando.
Otro amigo de Fernando, JMP también fue agredido pero logró escaparse. Comenzó a correr por la calle 3 hacia 203 y alcanzó a mandar un mensaje al grupo de WhatsApp: «Chicos, nos están pegando».
Cuando advirtió que no lo perseguían, JMP volvió hacia el boliche y encontró a Fernando en el momento en que le hacían maniobras de reanimación cardiorrespiratoria (RCP).
Entonces, al ver a sus dos amigos heridos, JMP envió un mensaje de audio: «Le pegaron a Fernando. Está tirado en el piso». Dentro de Le Brique, otro amigo de Fernando, a quien se identificará como FC, recibió ambos mensajes. Debido al ruido no podía escuchar el correo de voz. Pero decidió salir, alarmado por el primer mensaje de texto.
Al llegar a la vereda de enfrente del local bailable, FC alcanzó ver a sus dos amigos. Según relató el amigo de la víctima: » Fernando tenía la camisa rota y le hacían maniobras de RCP. No se movía. En cambio, T.D tenía la cara golpeada y estaba llorando».
T.D, el amigo de Fernando, contó ante la policía que ambos se había retirado del boliche porque tuvieron un incidente con un grupo de jóvenes. Cuando estaban en la vereda frente al local bailable escuchó que gritaron: » Así que te gusta andar empujando a la gente. Ahora vas a saber lo que es que te peguen. Luego comenzaron a golpearnos. Me pegaron de atrás y me siguieron golpeando cuando estaba en el piso».
Junto a ellos, JMP también fue víctima de la agresión. «Estaba hablando con Fernando y T. D cuando sentí que me pegaron un cachetazo en la oreja que me dejó aturdido y perdí de vista a Fernando y a T.D. Comencé a correr. Eran muchos y más grandes que nosotros. Nos iban a matar».
Los relatos de T.D y J.M.P coinciden con las imágenes grabadas por el domo de la Secretaría de Seguridad local. Esa cámara está conectada al Centro de Monitoreo Municipal.
Según se explicó desde el Poder Ejecutivo local, el operador encargado de controlar ese domo alertó a los efectivos asignados a la seguridad en la zona del boliche Le Brique. Si embargo, en las grabaciones realizadas por transeúntes no se advierte la presencia de policías que debían estar en esa cuadra crítica por la cantidad de locales nocturnos.
A partir de la reconstrucción del sangriento episodio, realizada por los investigadores al confrontar declaraciones testimoniales y las imágenes de las cámaras de seguridad, se determinó que, después de pegarle durante 60 segundos a Fernando, hasta matarlo, los agresores tomaron por la avenida 3 hasta la calle 202.
Allí, los diez atacantes fueron grabados por la cámara de seguridad del supermercado chino «Marina». A paso rápido, los atacantes recorrieron cinco cuadras más hasta que fueron interceptados por un grupo de policías del Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
Según fuentes policiales, en ese momento, aproximadamente a las 4.57, nada se sabía sobre el homicidio de Fernando porque todavía no había ingresado el llamado al número de emergencias 107. En ese momento, a siete cuadras, Virginia, una joven que caminaba cerca de Le Brique, encontró a Fernando golpeado y trataba de salvarle la vida con la aplicación de maniobras de RCP.
Luego de pedirles a los diez jóvenes que se identificaran, los policías del GAD los dejaron que siguieran caminando. La escena quedó grabada en una cámara de seguridad municipal. Antes de irse, dos de los jóvenes dijeron que se alojaban en la última casa antes del bosque de pinos.
Cuando la policía difundió la alerta de búsqueda tras el asesinato ocurrido frente a Le Brique y se conoció una descripción de los agresores, los efectivos de GAD recordaron a los jóvenes que habían identificado y comenzó el operativo para detenerlos.
A siete cuadras, en el boliche, Julieta, la novia de Fernando, salió del local y encontró al joven estudiante muerto. En medio del tumulto y del pogo, se había separado de su novio, se quedó en el sector VIP del local nocturno y no presenció la golpiza.
Eran las 5.09 cuando la ambulancia del hospital de Villa Gesell llegó al lugar donde mataron a Fernando. La médica Carolina Giribaldi recordó, entre lágrimas, que no pudo hacer nada para salvarle la vida a Fernando porque ya había fallecido.
El informe de la doctora coincidió con las conclusiones de los forenses que realizaron la autopsia en el cuerpo de la víctima, que indicaron que «la causa de la muerte fue un traumatismo severo de cráneo que le provocó un sangrado interno y la muerte inmediata».
Los que no le pegaron a él, golpearon a sus dos amigos para evitar que lo ayudaran
Pese a que el toldo de un restaurante constituyó un obstáculo para que el domo pudiera grabar toda la escena de la agresión contra Fernando, fuentes de la investigación indicaron que quedaron registrados casi todos los integrantes de la patota.
Además, uno de los investigadores indicó que se realizó una reconstrucción integral del ataque a partir de las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas fuera del boliche, de las imágenes aportadas por personas que pasaban a esa hora por la escena del crimen y por declaraciones de los testigos.
«Todos los integrantes de la patota fueron ubicados en tiempo y espacio en el momento en que, durante 60 segundos golpearon a Fernando hasta matarlo. Los que no le pegaron a él, golpearon a sus dos amigos para evitar que lo ayudaran», expresó uno de los responsables de la investigación policial.
La madrugada del asesinato, para los amigos de Fernando, los agresores eran jóvenes de físicos trabajados, violentos y más grandes que ellos.
Algunos tenían peinados modernos con el pelo corto a ambos lado de la cabeza, usaban camisas, bermudas, pantalón claro o zapatillas oscuras.
Pero, en las últimas horas, a partir de los reconocimientos en rueda de detenidos, esos rostros tienen nombres y apellidos: Tomás Enzo Cinalli, Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Ayrton Viollaz.