El hombre de Paraná fue derivado a la cárcel. La mamá dijo que por las adicciones, no lo puede controlar
Un hombre de 37 años acusado de al menos tres asaltos en Paraná, hoy se le dictó la prisión preventiva y su traslado a la Unidad Penal 9 de Gualeguaychú, mientras dure la Investigación Penal Preparatoria (IPP). Lo particular de la situación es que la propia madre del imputado de los Robos Calificados por el uso de arma de fuego, solicitó a las autoridades «encerrarlo para que deje de ser un peligro para él y para la sociedad».
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UNO informó Diego Regner de 37 años había sido detenido poco tiempo después de salir de la Alcaidía, pero tras el asalto fue «ajusticiado» por los vecinos del local comercial.
Ayer miércoles se debía realizar la audiencia de medidas restrictivas, pero la misma fue suspendida habida cuenta del estado de descompensación emocional que sufría el detenido. Tras ser asistido en el hospital escuela de Salud Mental, fue contenido y eso permitió que este jueves al mediodía se realizara la audiencia.
La Jueza de Garantías Marina Barbagelata, escuchó los argumentos del acuerdo al que llegaron los fiscales Mariano Budasoff y Cristian Giunta, y los defensores oficiales Romina Cian y Jorge Sueldo.
Las partes coincidieron en que se debía tomar la medida restrictiva a fin de no afectar el riesgo procesal de entorpecimiento de la investigación.
En la audiencia, se conoció que la madre del detenido, una mujer jubilada solicitó ante la «poca ayuda y contención del Estado», la detención de Regner.
Madre desconsolada
La mujer al finalizar la audiencia, indicó a UNO: «El es un peligro a la sociedad, ya no lo puedo controlar. Sus adicciones a las drogas lo hacen hacer cualquier cosa, y preferí pedir que quede preso, ante que él mate a alguien o lo maten en la calle cometiendo un delito».
Con lágrimas en los ojos, explicó: «En un principio desde la Justicia se dispuso la atención en el Hospital Escuela, donde estuvo internado un tiempo. Las adicciones hacían necesario un tratamiento, pero el mismo no continuo. Lo dejaron sin atención y eso determinó que volviera a las calles a delinquir».
«Venía bien, pero un día se descontroló y ahora veo que no se que es peor. Porque en el Hospital Escuela no lo quieren internar y nadie se hace cargo de sus adicciones, por lo que es un verdadero peligro», resaltó para indicar: «Es triste tener que pedir que lo detengan para que siga viviendo».