La creciente urbanización del sur ha convertido a Pablo Crausaz en una calle clave en medio de un desorganizado circuito vial. Si bien mantiene su morfología urbana tradicional, con fuerte presencia de la naturaleza, se multiplican los problemas por la falta de mantenimiento.
Hubo una época en que toda esta zona recobraba vida los fines de semana, gracias a las quintas de descanso. La acotada presencia de familias citadinas incorporaban una sonoridadque rompía con la de los pájaros y el viento entre las ramas, a las que estaban acostumbrados quienes se dedicaban, de sol a sol, de lunes a lunes, a volver productivas las chacras.
Pablo Crausaz ya era ancha entonces, característica que se repite también enla distancia entre línea de edificación y cordón; con buen arbolado, desarrollado, tupido, refrescante incluso para la vista. Algo de esa postal sigue vigente, con ejemplares centenarios, según cuentan los vecinos con un indisimulable orgullo.