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Los israelíes buscan terminar con la parálisis política en los terceros comicios generales en un año

Los pronósticos anticipan otro empate entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el opositor Benny Gantz.

Los israelíes votaban hoy por tercera vez en los últimos 12 meses, en medio de la apatía de sus ciudadanos y con todos los pronósticos anticipando un nuevo empate entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el líder de la oposición Benny Gantz, lo que hace temer que continúe la parálisis política.

«No nos merecemos esto», dijo el presidente israelí Reuvén Rivlin, pidiendo que estas terceras generales en menos de un año sean las últimas, al unirse al clamor de la ciudadanía, hastiada de la ineficacia política.

Tras ejercer su derecho a voto a primera hora de la mañana, Rivlin visitó el Comité Electoral Central, donde pidió a los israelíes que acudan a votar, calificó como «sucia» la campaña electoral e insistió en que los israelíes no se merecen «esta inestabilidad infinita».

«Salgan a votar y háganse oír», exclamó el presidente en el inicio de la jornada electoral, en la que en general la mayoría de la ciudadanía no trabaja.

Rivlin aseguró sentir «un profundo sentimiento de vergüenza ante ustedes, mis conciudadanos».

Los principales candidatos, Benjamín Netanyahu, del mismo partido que el presidente, el Likud, y su rival de Azul y Blanco, Beny Gantz, también acudieron a votar por la mañana y pidieron la participación ciudadana.

Netanyahu instó también a los ciudadanos a votar «sin temor al coronavirus», que ya dejó diez casos confirmados en el país y sobre la que las autoridades adoptaron «todas las medidas posibles» según el premier en funciones.

«Insto a los ciudadanos de Israel a ir a votar. Este es un gran derecho democrático y deberíamos estar orgullosos de él», enfatizó Netanyahu tras votar en Jerusalén, según informan medios locales.

A las tres horas de abrir los colegios se había registrado una participación del 14,5%, una cifra muy similar a la de las últimas citas, a pesar de las previsiones de que el miedo por el coronavirus bajara la participación.

En el país se instalaron 16 urnas especiales en tiendas de campaña higiénicas en 14 ciudades para los cientos de israelíes que se encuentran en cuarentena por haber visitado un país en el que se ha extendido la enfermedad o tenido trato con una persona que podría tenerla.

En una de ellas en Tel Aviv, los votantes no tenían que hacer fila, simplemente esperaban su turno, todo el mundo cubría su boca y nariz con mascarillas y se utilizaban bolígrafos desechables y guantes para emitir el voto.

Hace casi un año, Netanyahu disolvió el parlamento por falta de apoyo y llamó a elecciones, una cita que repitió dos veces sin conseguir una mayoría clara ni aliados con los cuales gobernar otros cuatro años. Su principal rival, el ex jefe del Ejército y líder de la flamante alianza Azul y Blanco Gantz, le pisó los talones las dos veces y tampoco logró juntar socios para formar un gobierno de coalición y terminar con una transición que parece no tener fin.

Tras la última elección fallida, el presidente Reuven Rivlin volvió a llamar a elecciones y hoy cerca de seis millones y medio de israelíes tendrán una nueva oportunidad de elegir a los miembros de la Knesset (parlamento) y, en consecuencia, al próximo gobierno.

Esta tercera elección tiene, además, un nuevo condimento: el premier Netanyahu fue acusado formalmente por varios cargos de corrupción y debe sentarse a enfrentar su juicio a partir del próximo martes 17.

Este golpe judicial, no obstante, no parece haber sido suficiente para descartarlo como posible ganador.

En el último tramo de la campaña, el promedio de las encuestas le otorgó a su partido, el Likud, una pequeña ventaja sobre la alianza de Gantz: 33 bancas contra 32.

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