El equipo de Telenoche acompañó al candidato a presidente de Unión por la Patria a una visita al centro de monitoreo de San Vicente. Pero, obviamente, la presencia del ministro de Economía no fue protocolar. Todo lo que toca es política, todo en él es campaña.
Como esos recicladores urbanos que arrastran un carrito repleto de cartones y que casi como malabaristas mantienen a su paso un milagroso equilibrio que hace que la montaña de cosas que llevan no se caiga al piso en cualquier esquina, así avanza Sergio Massa. Marcha despacio, pero sin pausa. Y solo: a los carros llenos de “basura” siempre los arrastra gente sola. Así de tozudo, esforzado y solitario es el camino cuesta arriba de Massa que emprendió en estas elecciones presidenciales.
El pesado carrito es la herencia recibida del fracasado intento de gobierno de la coalición que el mismísimo candidato fundó junto a sus socios Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Al propio Massa, le corresponde una buena parte de la culpa del fracaso. Podríamos arriesgar que le corresponde un tercio de la responsabilidad, dado que esa es la proporción que tiene de la sociedad política que los llevó a gobernar estos últimos cuatro años.
Los tres socios pretenden licuar culpas con las consabidas excusas de la sequía, la pandemia y la guerra en Ucrania, pero todos sabemos que eso explica solo parte del fracaso. Cristina agrega, cínica, una cuarta excusa: Alberto, alguien que no hubiese existido sin su voluntad. Massa asume otra tesitura, no se hace cargo, mira para otro lado, y eso parece que basta y sobra para que muchos no le reclamen por el tercio de la responsabilidad.
fuente:(quesabesdigital)