El aumento tiene que estar definido esta semana para que la ANSeS pueda realizar los ajustes internos y el envío de los fondos a los bancos pagadores para los pagos que arrancan en la primera semana de marzo.
Esta semana, apenas regrese de su viaje por varios países europeos, Alberto Fernández definirá el aumento de las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y AUH que debe regir para los meses de marzo, abril y mayo.
Los técnicos de Economía, Trabajo y ANSeS le presentarán al Presidente varias alternativas. Lo primero que deberá decidir Fernández es si el aumento global respetará el 11,56% que correspondería según la fórmula de movilidad suspendida o un porcentaje menor que represente «ahorro fiscal».
Las opciones que tendrá el Presidente combinan una suma fija para todos los jubilados y pensionados o una suma fija más un porcentaje. En ambos casos, el resultado sería un achatamiento de la pirámide jubilatoria porque en proporción los que ganan menos recibirán un porcentaje mayor que los que más ganan.
Lo que sí se descartó es otorgar el 11,56% a todo el sector más un adicional a los que menos ganan.
Según que sabesdigital, inicialmente la propuesta más vinculada a ANSeS, con aumentos diferenciados, era respetar el 11,56% sobre la masa global de haberes. Pero desde Economía insistieron en que el objetivo de la suspensión de la fórmula de movilidad era generar un «ahorro fiscal» y que por lo tanto el aumento global debía ser inferior a ese porcentaje.
Una de las alternativas es otorgar un aumento del 3% para todos los beneficiarios más una suma fija $ 1.250. En este caso, el aumento global sería del 9% – un ahorro fiscal respecto de la fórmula suspendida de $ 5.000 millones mensuales o casi $ 60.000 millones en 2020, solo para el segmento de jubilaciones y pensiones. Si luego en junio se repitiera el aumento trimestral por decreto por debajo del incremento de la formula suspendida (13%), en 2020 el «ajuste fiscal previsional» superaría los $ 100.000 millones.
En este ejemplo, para los que ganan el haber mínimo de $ 14.068, el incremento en marzo sería de casi el 12% ya que pasaría a $ 15.740. Para los que cobran $ 30.000, el incremento sería del 7,2%. Para los de $ 50.000, el incremento descendería al 5,5%. Los de $ 70.000, recibirían 4,8%. Y así, hasta un 4,2% los que cobran el haber máximo. En síntesis, los que ganan más de $ 15.000, tendrían una caída adicional a la pérdida del 19,5% que, punta a punta, tuvieron entre septiembre de 2017 y diciembre de 2019.
Este aumento se aplicaría en las jubilaciones y pensiones del régimen general, las pensiones no contributivas y PUAM (pensión universal al adulto mayor) que abarca a 7.300.000 personas. No incluye a los regímenes especiales, como docentes nacionales, docentes universitarios, investigadores científicos, servicio exterior, jueces y magistrados y Luz y Fuerza que mantienen sus movilidades propias.
De acuerdo a los rangos de haberes se estima que 4,5 millones de jubilados y pensionados recibirían poco más del 11,56%, y los restantes 2.800.000 profundizarían el retroceso de sus ingresos.
Las pensiones no contributivas y la PUAM recibirían el aumento porque mantendrían el 70 o 80% del haber mínimo. El aumento tiene que estar definido esta semana para que la ANSeS pueda realizar los ajustes internos y el envío de los fondos a los bancos pagadores para los pagos que arrancan en la primera semana de marzo.