Paraná

Alvarado, la breve avenida que nace en un bucle

Aunque su infraestructura sea más bien modesta, General Alvarado suele ser una solución para muchos paranaenses que se desplazan desde o hacia el sur. Con largos tramos de vereda no reglamentaria, arbolado incompleto y falta de señalización adecuada, los peatones la afrontan con la reserva que se merece toda calle considerada peligrosa.

20-02-03 Recorrida por calle Alvarado foto sergio ruiz

Intensamente utilizada a toda hora, como corredor vial y como referencia más micro, barrial, Alvarado es un camino de hormiga de doble sentido pese a la estrechez de su distancia entre cordones. Está inserta en un sector de la ciudad que ha quedado encapsulado entre dos formidables escollos urbanos: los terrenos del Ejército, cuyo rostro más amable es un inexpugnable paredón, y los terrenos del ferrocarril, que siguen desaprovechados contra toda lógica.

Según el uso y costumbre del grueso de los que la recorren en colectivo, automóvil, moto, camioneta, camión o bicicleta, Alvarado puede nacer en el cruce con Pirán que, luego de un recodo, hacia el norte, se hará Italia y finalmente Santa Fe, para ladear al centro cívico e internarse en la Costanera Alta. En sentido contrario, el tráfico suele llegar por Avenida Ejército y, semáforo de por medio, se dobla a la izquierda para buscar General Espejo o, más adelante, El Paracao en procura del sur.

Pero al oeste de Pirán hay una cuadra más de Alvarado, del mismo ancho, que conserva la denominación y está completamente urbanizada en ambas aceras, con casas de muy buena terminación, generalmente con cocheras para cuidados autos, veredas en satisfactorias condiciones para peatones y un valorable arbolado. Por los avatares de la conectividad en Paraná, esos primeros metros de Alvarado se funden con una perpendicular (San Carlos de Bariloche) a través de un codo, rulo o bucle, lo que genera una postal singular.

UN PUENTE

Así, a través de Pirán y de Ejército, Alvarado es un corredor vial que vincula áreas con débil conectividad: el ya mencionado macrocentro (para el que el ferrocarril al este y al oeste de la estación sigue siendo una dificultad portentosa); San Agustín, a través de Gutiérrez pero sobre todo de Galán; y un raro paralelogramo que, a ojo de buen cubero, se conforma entre los terrenos del Ejército, el ferrocarril y las avenidas Ejército y De las Américas.

Es cierto, los vaqueanos saben que por Galán o Gutiérrez hay atajos que aligeran la marcha apenas se atraviesa la avenida Ejército, pero la arteria de similares características que podría funcionar como parte de un mismo sistema con Alvarado es Pronunciamiento y está demasiado lejos.

Se entiende, entonces, la aglomeración de tráfico que busca salir o entrar del centro, hacia o desde el sureste. Y, mucho más, si se considera que en Alvarado y Espejo funciona el hospital de la Baxada “Doctora Teresa Ratto” y que, más temprano que tarde, a pocas cuadras de allí, también por Espejo, será inaugurado un complejo de 600 viviendas.

Se deja constancia de a la ardua tarea de atravesar esta parte de la ciudad ha ayudado, sin dudas, la reorganización vial promovida desde el Programa de Mejoramiento Barrial en el barrio Belgrano, luego del entubamiento de un tramo del Antoñico. Pero la solución es avanzar decididamente hacia un plan maestro que dé nuevo sentido y potencie los terrenos ferroviarios y permita, además, dinamitar los muros urbanísticos que separan el norte del sur.

Fotos: Sergio Ruiz. Los giros a la izquierda autorizados en avenidas de doble sentido generan trastornos varios y demoras, si hay semáforos.

TRABAS

Si para los rodados es un auxilio con dificultades localizables, Alvarado para el peatón es todo un problema. Al menos desde Pirán hasta Espejo, la falta de vereda reglamentaria es el más grande déficit. Desde Espejo hasta El Paracao la acera de material existe aunque con notorios desniveles que aumentan el riesgo de accidentes no sólo de personas con dificultades para desplazarse.

Tanto el hospital como el Ejército tienen predominantemente veredas de suelo natural, lo que no está permitido y por lo que se multa a los frentistas particulares. Pasa lo mismo en la vereda opuesta a las instalaciones militares, en una tradicional manzana destinada a la práctica de deportes, sobre todo del fútbol.

Fotos: Sergio Ruíz. Si el colectivo se detiene en la parada, una perturbación se genera en la cinta asfáltica.

MADEJAS

Si bien el tránsito en general es ágil, los conductores deben tratar de salir ilesos en tres puntos específicos. Uno de ellos, en Ejército y Alvarado. Luego, en el cruce con Espejo se produce un enredo de proporciones por el hecho de que ambas arterias tienen doble sentido y en los dos casos está expedita la posibilidad de girar a la izquierda.

La otra dificultad importante es cuando Alvarado se funde en El Paracao, que luego de Ramírez pasa a llamarse Provincias Unidas y que, unos metros antes, cruza al mismísimo acceso sur. Esta calle, que como se ve tiene importancia en sí misma, suma a la confluencia con Alvarado la de Carlos Guido Spano, desde el sur, lo que suele generar más de una turbulencia.

En esas intersecciones, que las distintas opciones se presenten en el mismo momento no es una hipótesis: se presentan a cada rato, con el agregado de que los que esperan para poder doblar hacen crecer una cola que a determinados horarios es vasta e irritante.

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